La atmósfera y la hidrosfera, constituyen el sistema de capas fluidas superficiales del planeta, cuyos movimientos están estrechamente relacionados. Solo el hombre puede dañar inconscientemente esta ley planetaria y dañar como se viene denunciando en todos los medios de comunicación para concienciar a los que pueden parar daños de los que todos saldríamos perjudicado.
Las corrientes del aire reducen drástica-mente las diferencias de temperatura entre el día y la noche, distribuyendo el calor por toda la atmósfera haciendo que los seres vivos tengan normalidad para su desarrollo.
Esta capa de gases protege la vida de la Tierra, absorbiendo gran parte de la radiación solar ultravioleta en la capa de ozono. Además, actúa como escudo protector contra los meteoritos, los cuales se trituran en polvo a causa de la fricción que sufren al hacer contacto con el aire.
La atmósfera terrestre, tan necesaria para la vida, es la parte gaseosa de la Tierra que constituye la capa más externa y menos densa del planeta y sus normas establecidas. Está constituida por varios gases que, aunque no sean campados por nuestro sistema de visión, varían en cantidad según la presión a diversas alturas.
Esta mezcla de gases que forma la atmósfera recibe genéricamente el nombre de aire.
El tiene el 75% de la atmósfera que se encuentra en los primeros 11 km de altura desde la superficie planetaria.
Los principales y imprescindibles elementos que la componen son el oxígeno, 21% y el nitrógeno en un 78%.
Durante millones de años, la vida ha transformado una y otra vez la composición de la atmósfera como por ejemplo su considerable cantidad de oxígeno que es posible gracias a las formas de vida como son las tan necesarias plantas, que convierten el dióxido de carbono en oxígeno, tan necesario para su desarrollo, el cual es respirable y a su vez por las demás formas de vida, tales como los seres humanos y los animales en general.
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