La República Árabe de Egipto, es un país de Oriente Próximo, que esta situado en el extremo noreste de África, que incluye la península del Sinaí, que pertenece al continente asiático. La mayor parte de su superficie la integra el desierto del Sahara, sólo habitado en torno a los oasis. Su capital es El Cairo.
El antiguo nombre del país, Keemett, o tierra negra, deriva de los fértiles limos negros depositados por las inundaciones del Nilo, distintos de la tierra roja del desierto.
La riqueza que aportaba el fértil limo tras las inundaciones anuales del río Nilo, junto a la ausencia de poderosos pueblos por su aislamiento, debido a que el valle del Nilo está situado entre dos amplias zonas desérticas, permitieron el desarrollo de una de las primeras y más deslumbrantes civilizaciones en la historia de la humanidad.
Los primeros pobladores de Egipto, alcanzaron las riberas del Nilo, por entonces un conglomerado de marismas y foco de paludismo, escapando de la desertización del Sahara.
Según cuenta la historia del Antiguo Egipto se divide en tres imperios con periodos intermedios.
El Imperio Antiguo que se caracterizó por el florecimiento de las artes y la construcción de inmensas pirámides.
Durante el Imperio Medio 2.050 1800 a. C., tras una etapa de des-centralización, Egipto conoció un período de esplendor en su economía.
En el Imperio Nuevo entre el 1.567 1085 a. C. la monarquía egipcia alcanzó su edad dorada conquistando a los pueblos vecinos y expandiendo sus dominios bajo la dirección de los faraones de la dinastía XVIII.
La última dinastía fue derrocada por los persas en el año 341 a. C., quienes a su vez fueron reemplazados por gobernantes griegos y romanos.
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