El Cisma de la Iglesia
Según cuenta la historia, en Julio de 1054 se acercaba, y el mundo cristiano estaba apunto de experimentar un gran evento en el camino a la ruptura que continúa hasta nuestros días, hablamos del Cisma o para que nos entendamos mejor, la división entre las iglesias cristianas de Occidente y la de Oriente.
Los actores centrales del Cisma o del conflicto que emergía eran Miguel Cerulario, el patriarca de Constantinopla, y Leo IX, el obispo o papa de Roma.
El 6 de Julio de 1054, sucedió que Cerulario había condenado fuertemente a la iglesia de Occidente por algunas de sus prácticas y creencias religiosas, un desacuerdo que como parte de su ataque, Cerulario excomulgó a los obispos de Constantinopla que seguían ciertos ritos de la iglesia de Occidente y cerró sus iglesias, y mientras tanto, Leo había enviado una delegación a Cerulario, que estaba encabezada por el Cardenal Humberto, con su propia lista de demandas y acusaciones contra el patriarca, y según todo ocurrió, Leo murió a mediados de la misión, pero la delegación no paro y si continuó con su tarea encomendada, pero parece ser que trágicamente, las reuniones entre el Cardenal Humberto y el Patriarca Cerulario fueron ásperas, por llamarlas de alguna manera y la desconfianza y el deseo por mantener el poder eclesiástico gobernaron las acciones. Ningún diálogo útil pudo ocurrir en tal atmósfera envenenada.
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