miércoles, 13 de febrero de 2019

Basilisco lagarto Jesucristo


Este curioso animal llamado basilisco común es un lagarto nativo de América Central, que tiene la notable habilidad de ser capaz de caminar sobre la superficie del agua. Son sus patas posteriores que están provistas de unos lóbulos dérmicos que funcionan como aletas, las cuales aumentan la superficie de apoyo sobre el agua, que estos apéndices son enrollados cuando el animal camina por tierra. Cuando el animal siente el peligro, comienza a correr muy rápidamente sobre la superficie de un río o un lago, y es entonces que las aletas de sus pies traseros se abren permitiendo aumentar su superficie de apoyo y así correr sobre el agua y al decrecer su velocidad, el basilisco se hunde y tiene que nadar del modo normal de cualquier otro lagarto pero siempre con su estilo particular.
Esta habilidad le ha dado en algunas regiones el sobrenombre de lagarto de Jesucristo o lagarto Jesucristo, cosa que no agrada mucho a según que personas, cosa muy compresible aunque solo sea una anedocta.

En bestiarios y leyendas europeas, un basilisco que significa “pequeño rey”, o “el regente” según su etimología latina es un reptil legendario afamado por ser el rey de las serpientes.

Su celebridad radica en la habilidad de provocar la muerte con un único vistazo. Según el libro “Historia Natural”, escrito por Plinio El Viejo, el basilisco es una serpiente pequeña pero tan venenosa que deja una enorme estela de veneno mortal con cada pisada, además de asesinar con la mirada.
Parece ser que el amigo basilisco da para todo.
El basilisco era un producto de la unión de un gallo con una serpiente, la cual ponía un huevo que era custodiado por un sapo. En la Edad Media, un sapo que fue encontrado saltando cerca de un huevo en Basilea (Suiza), fue solemnemente juzgado y quemado públicamente bajo la acusación de estar implicado en el nacimiento de un basilisco. Es muy probable que toda la leyenda se base en el conocido fenómeno de la gallina que cambia de sexo cuando envejece, que canta como el gallo y le crecen carúnculas como a éste, pero que sigue poniendo huevos.
Pues este no se parece nada a una gallina, yo diría que es la mar de gracioso.

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