domingo, 7 de abril de 2019

Nuestra señora de la Soledad, Badajoz

Nuestra señora de La Soledad de Badajoz o como los nativos de aquí les llamamos con toda devoción y cariño, La virgen de La Soledad, es venerada y querida por todos los pacenses, considerada nuestra madre y señora a la que rezamos y suplicamos cuando nos sentimos afligidos, en enfermedades, afligidos o desconsolados por los azotes de la vida. 
Son incontables los devotos que alzan sus cantos cuando en procesión, en Semana Santa, recorre la ciudad para llevar la paz a cuantos pasan por su lado. Los hay que le hacen visitas periódicas para agradecer dones que recibieron a través de ella.
Nuestra señora de La soledad no es solo nuestra, es de cuantos devotos la veneran.
La plaza de la soledad, donde se alza su imagen es cuidada y respetada como lo que es, la madre de todos los pacenses y de todos los que la rezan con respeto y devoción.
Pese a su apariencia externa gris y poco bella, esta iglesia es una joya del gótico. En su origen fue un pequeño santuario que al finalizar el siglo XIV se había convertido en una iglesia constituida por una sola nave gótica de belleza incomparable.
La patrona, la Virgen de Soterraño, ocupa el centro de un espléndido retablo barroco, que junto con un Cristo Gótico y dos hermosas pinturas, una de Morales y otra de Covarsí, son lo más notable desde el punto de vista artístico junto con diversas obras de rejería local.

La talla de la virgen es de origen incierto, probablemente visigótico.

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